Juegos, tecnología y enajenación

Constantemente escucho a familiares, conocidos o personas en general las frases siguientes: ¡Ya deja ese aparato y ponte a hacer algo de provecho! ¿Por qué mejor no sales a jugar al aire libre en vez de perder el tiempo con tu aparatito? Entre muchas otras.

La idea principal de dichas frases es la enajenación de los pequeños (en su mayoría) respecto al uso de aparatos tecnológicos (celulares, tabletas, computadora, juegos de video, etc.) considerando que en dicho uso se pierde algo de su humanidad (infantil) tan codiciada, tan exaltada por otro tipo de frases (¡Los niños son el futuro!) que podríamos discutir, pero que no es este el momento de hacerlo.

¿Acaso el juego no es una de las constantes en la vida infantil y en general de la vida? El problema parece ser que el juego (virtual), aquel que implica una tecnología más sofisticada, por así decir, pierde las características, y hasta beneficios que el juego (interactivo-físico) sí posee.

Lo curioso, y hasta paradójico es que esas frases quejumbrosas de padres, profesores, o cualquier otro que las expresa, son quienes -para calmar la vitalidad infantil- les dan esos aparatos para evitar “malos comportamientos” sobre todo cuando se hallan en actividades que no necesariamente interesarían al infante, para que les permitan a ellos (adultos) realizar sus actividades eficazmente.

No se trata de promover o rechazar la actividad lúdica de los niños con estos aparatos tecnológicos, considero que habría que analizar lo que se implica en esa forma particular del juego, porque no tendría que haber una relación causal (necesaria) entre el uso de esos aparatos y la supuesta enajenación que produce en los pequeños.

Podríamos pensar que incluso el juego en esta forma genera determinadas actividades, o si se quiere, habilidades mentales, las cuales no desencadena en una enajenación terrible.

También se esconde en estos temores la supuesta pérdida de interactividad de los niños con otros, sin embargo creo que el problema no necesariamente es el uso de estos aparatos lúdicos, quizá las relaciones que los padres establecen con sus hijos pequeños son tan débiles que no es posible que se establezca comunicación entre ambos, pero esto no es resultado del juego virtual, más bien de una incapacidad por acercarse a los infantes y comprender sus inquietudes.

Con lo arriba anotado quiere decir que la forma misma de relación adultos-niños no es lo suficientemente fuerte como para establecer un vínculo estrecho, sin embargo el uso o no de los aparatos tecnológicos no es la causa de esto.

En fin, habría que pensar mucho más esta cuestión, la dejo anotada para continuar desarrollándola.


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