La televisión de Adorno

Me habría gustado realizar un escrito más formal pero dado el tiempo lo limito a unos cuantos apuntes. Quisiera señalar, a través de algunas citas de los dos pequeños textos de Adorno, algunas cuestiones que me parecen importantes para la discusión. También es importante mencionar -y esto es algo que quizá algunos hemos notado- que en ocasiones Adorno remite a Benjamin, aunque en un sentido opuesto a las tesis benjaminianas.

De Prólogo a la televisión:

“El medio mismo integra el esquema general de la industria de la cultura y fomenta su tendencia a deformar y captar desde todos los ángulos la conciencia del público, como síntesis del cine y la radio. La meta, la de poder repetir en una imagen suficiente, captable por todos los órganos, la totalidad del mundo sensible, este sueño insomne, se ha aproximado mediante la televisión y permite, de consumo, introducir en este duplicado del mundo, y sin que se lo advierta, lo que se considere adecuado para reemplazar al real”.

“Desde hace poco el juego conjunto de todas esas experiencias, entre sí relacionadas, y sin embargo diferentes por sus técnica y efectos, constituye el clima de la industria de la cultura. De ahí que sea tan difícil para el sociólogo decir qué hace la televisión a la gente. Puesto que aunque puedan las técnicas perfeccionadas de la investigación empírica aislar los “factores” que son característicos de la televisión, resulta que esos factores sólo adquieren su fuerza en la totalidad del sistema”.

“Más bien los hombres son considerados como inmodificables, en lugar de transformados”.

“Cuando más completo es el mundo en tanto apariencia, tanto menos superable es la aparición como ideología”.

“La nueva técnica difiere de la cinematografía en que, a semejanza de la radio, lleva el producto a la casa de los consumidores, los cuadros visuales son mucho más pequeños que en el cine”.

“El abstraer del tamaño real de los fenómenos implica percibirlos, ya no naturalmente, sino estéticamente, y exige esa capacidad de sublimación que la industria de la cultura no puede suponer se dé en el público, pues ella misma ha servido para debilitarla. El hombrecito y la mujercita que son recibidos por el televisor en la casa, se convierten, para la percepción no consciente, en juguetes. El espectador quizás extrae algún placer de esa circunstancia: los siente como cosas de su propiedad, sobre las cuales puede disponer, sintiéndose superior a ellos”.

“También ella dará mayor fuerza a una tendencia de toda la industria de la cultura: la de disminuir, literal y metafóricamente, la distancia entre el producto y el observador”.

“Los límites entre realidad e imagen son borrados de la conciencia”.

“Es difícil percibir, en cambio que la realidad vista a través de las gafas televisivas impone que el sentido encubierto de la vida cotidiana vuelve a reflejarse en la pantalla”.

“Responsable de todo ello es el cómo, no el qué: esa “cercanía” fatal del televisor, causa también del supuesto efecto socializante de los aparatos, al reunir a los miembros de la familia y a los amigos, que de otra manera nada tendrían que decirse, en un círculo de sordos”.

“Una manía obsesiva es, en forma inmediata, un acto regresivo”.

“Puesto que si bien, en el televisor, las sombras hablan, su hablar es, de ser ello posible, una retrotraducción peor que la del cine, un mero anzuelo que pende de las imágenes, y no expresión de una intención, de algo espiritual; pura explicitación de gestos, comentario de indicaciones que la imagen exhibe”.

“Ese patrimonio consiste en los instintos reprimidos de las masas, o bien, simplemente, no satisfechos, a los cuales se orientan, directa o indirectamente, las mercaderías culturales”.

“En lugar de hacer honor al inconsciente, de elevarlo a conciencia satisfaciendo así su impulso y suprimiendo su fuerza destructiva, la industria de la cultura, principalmente recurriendo a la televisión, reduce aún más a los hombres a un comportamiento inconsciente, en cuanto pone en claro las condiciones de una existencia que amenaza con sufrimientos a quien las considera, mientras que promete premios a quien las idoliza”.

“La crítica responderá que desde siempre el arte ha trabajado con estereotipos”.

“Que en una época en que las distinciones estéticas y la individualidad se perfeccionaron con una fuerza liberadora tal como en la obra novelística de Proust, esa individualidad sea suprimida a favor de un colectivismo fetichista y convertido en fin en sí, y en beneficio de un par de aprovechados, es prueba de barbarie”.

“A ellos habría que hacer comprender que lo socialmente efectivo y lo socialmente justo no coinciden y que hoy, justamente, lo uno es lo opuesto de lo otro”.

“Su sueño de omnipotencia se convierte en realidad en una impotencia completa. Hasta hoy, las utopías sólo se realizan para impedir que los hombres alcancen lo utópico y fijarlos, con cimientos más firmes, a lo ya dado o a lo pasado”.

 

 

adorno_on_tv

De La televisión como ideología:

“La diferencia principal radica en la duración mucho más breve de las obras de televisión: en la mayoría de los casos, no sobrepasan el cuarto de hora, y a lo sumo, media hora. La calidad se ve afectada por la duración”.

“el hecho de que ninguna obra de arte comunica de manera unívoca y de por sí su contenido”.

“comprobó que el cine, producto de una planificación comcercial, no conoce esa riqueza de estratos. Lo mismo pasa con la televisión”.

“se fomenta la identificación con ella”. Al hablar de la heroína de una trama.

“Ciertamente, que esas exhibiciones no son referidas, por los espectadores ingeniosos, a la vida diaria, pero pese a ello quedan aferrados a las mismas, constriñendo a sus experiencias a permanecer idénticamente rígidas y mecánicas”.

“Se intenta así una personalización infantil de la política”.

Respecto a la interpretación psicoanalítica de los estereotipos dice:

“El arte popular más agresivo de hoy se ha apropiado del estereotipo”.

“La industria de la cultura pasa por alto su moralismo tan pronto puede introducir chistes de doble sentido en relación con la imagen del intelectual que ella misma ha erigido. En innumerables oportunidades, demuestra el esquema de la televisión su lealtad al clima internacional de ant¡-intelectualismo”.

“La enfermedad no está en los individuos de malas intenciones, sino en el sistema mismo. De ahí que agreda también a todo aquel que, en cuanto se le permite, postula ambiciones superiores y pretende ser decente”.

“En especial, se ha desfigurado el pensamiento freudiano de la “transferencia””.

“la obra llega a prestigiar los mecanismos de represión, cuyo esclarecimiento justamente se trata de lograr mediante los procedimientos que la obra pretende exponer”.

“Le recomienda la “necesidad de salvar los valores del espíritu en un mundo materialista”, pero para designar a esos “valores” no encuentra términos más adecuados que referirse a la existencia de un poder “más grande que nosotros y que nuestro egoísmo pequeño y soberbio””.

“La industria de la cultura se encuentra demasiado fundamentalmente comprometida con intereses más poderosos como para admitir que los esfuerzos honestos que se efectúen en su terreno puedan llevar muy lejos”.

“La ideología procrea sus propios ideólogos, las polémicas, los puntos de vista: tiene grandes posibilidades de poder mantenerse en vida. Tampoco corresponde regodearse en el derrotismo y dejarse aterrorizar por toda tentación interesada hacia lo positivo, que por lo general sólo pretende cambiar la situación”.

“Es importante tomar conciencia del carácter ideológico de la televisión, y ello no sólo por parte de los que están del lado de la producción, sino sobre todo por parte del público”.

“En lugar de perseguir, como se suele, a los órganos de autocontrol con agresiones e insultos, los productores debieran tener cuidado en suprimir esas sugerencias y estereotipos, que conducen, según el juicio de muchos sociólogos, psicólogos y educadores, responsables e independientes, a la idiotización, la invalidez psicológica y al oscurecimiento ideológico del público”.

“ya que la televisión como ideología no es simplemente cosa de la mala voluntad, ni quizás tampoco asunto de incompetencia de los participantes, sino un producto del antiespíritu objetivo. Con innumerables mecanismos domina hasta a los productores. Un número importante de ellos reconoce la perversión de todo el asunto, quizás no siempre mediante conceptos teóricos, pero sí quizás a través de su sensibilidad estética”.

 

 

 

 


Comparte este artículo
  • Facebook
  • Twitter
  • Delicious
  • LinkedIn
  • StumbleUpon
  • Add to favorites
  • Email
  • RSS

You may also like...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>