La relación primaria del hombre con el mundo del Ello se funda en la experiencia, que sin cesar reconstituye el mundo, y en el uso, que conduce al mundo a los fines múltiples que tienden a conservar, a facilitar y a equipar la vida humana. La capacidad de experimentar y de utilizar debe crecer a medida que se va ensanchando el mundo del Ello. El individuo, es verdad, puede reemplazar cada vez más la experiencia directa por la experiencia indirecta o “adquisición de conocimientos” y puede cada vez más reducir la utilización propiamente dicha, transformándola en “aplicación” especializada. Sin embargo, es ineludible que la capacidad técnica se desarrolle de generación en generación. En esto justamente se piensa cuando se habla del desenvolvimiento progresivo de la vida espiritual, lo que importa ciertamente un verdadero pecado verbal contra el espíritu, pues esa “vida espiritual” representa en general un obstáculo para una vida vivida en el espíritu. Ella es a lo sumo la materia que la vida del espíritu debe consumir después de haberla dominado y modelado.
Martin Buber, yo y tú. p. 21
Comparte este artículo
Comentarios recientes