Farocki III. La imagen de los obreros saliendo de la fábrica

La tecnología no puede ser pensada sin entretejer discusiones sobre el trabajo y el deseo/acto/placer.

En Arbeiter verlassen die Fabrik de Farocki un grupo de obreros sale de una fábrica, éste es el primer registro de la cinematografía de los Lumière. La repetición de dicha imagen en los albores del cine llama la atención a Farocki, hay un gesto que se busca ahí de la relación de tres partes: trabajo, vida y tecnología. la tecnología observa. Observa cuantas veces se repite la escena. ¿Por qué el cine repite este movimiento? ¿Qué particularidad tiene sobre otras cosas que se pueden filmar? Esta imagen resulta ser un cambio del orden, una parvada que se desintegra. Parece que se filma el punto en que inicia la vida. El umbral en el que sucede esa metamorfosis. La tecnología documenta una ruptura, un límite y un proceso.

Entonces, ¿qué sucede con la relación entre tecnología y vida? Tomemos algunos puntos del colectivo Tiqqun ante esta imagen. Para Tiqqun “la hipótesis cibernética responde por consiguiente, tanto en las ciencias naturales como en las sociales, a un deseo de orden y certeza” haciendo que la tensión entre tecnología y vida se deposite en un recurso particular del direccionamiento del deseo que en lugar de vincularse con una pulsión, un acto inconsciente, queda orientada a un proceso de orden. Orientar el deseo. Podría ser que la problemática de la tecnología necesita ser dispuesta en términos de deseo, entendiendo que el control solo es una posibilidad. ¿Cuál es la diferencia entre lo que Farocki ve en la tecnología del lente de los hermanos Lumière y la tecnología del control de la que Tiqqun busca hacer genealogía? Difieren en tanto que se presentan particulares, documentan de manera distinta, suceden de maneras contrapuestas. Para Tiqqun,  ante la hipótesis cibernética queda romper los límites del orden tecnológico que busca poner todo en secuencia, poner todo como dato para ser gestionado.  Así, se propone la comuna, colectividad que no puede ser un dato. ¿Qué tipo de deseo es este en torno a la tecnología? Desplazar a la tecnología al lugar de las agrupaciones humanas. Para Farocki lo que intenta la tecnología silente de los Lumière es saberse parte de ese goce de romper entre la fábrica y la vida.

Farocki presenta en contrapunto a la salida de las fábricas imágenes sobre la relación de acceso, la puerta y las rejas de la fábrica: aquellos que buscan entrar a la fabrica, entran como si fuera una cárcel, filas, cabezas gachas.  Los únicos que entran con intención, decididos, son los ladrones que buscan algo ahí adentro o los que están a punto de morir de hambre y ansían volverse esquiroles. Dos movimientos se encuentran opuestos en el entrar y salir de este umbral que es la puerta de la fábrica. La necesidad y lo imprevisible. Pero todavía, la fábrica es un lugar de proceso, un lugar de producción. Entonces, deberíamos pensar que el deseo que se empotra con la tecnología, guarda una relación con entrar a la tecnología y salir de ella. La tecnología como límite entre dos movimientos.

Farocki sugiere  que en la cinematografía moderna la cantidad de escenas de las puertas de una prisión ha desplazado a las de las fábricas. ¿Cambio de metaforizar la tecnología como fábrica a como cárcel? Entrar y salir de prisión.

Recolectando los datos de las dos entradas anteriores, Farocki I y Farocki II, vemos articulación y desarticulación: la encrucijada de las puerta de las fábricas muestra una separación y una forma de desplazarse.  En el primer filme que señalábamos en una entrada previa, Wie Man Sieht,  pensabamos en  la separación en que se han convertido los cruces de carros, desplazamiento del cruce. Los nuevos  pasos a desnivel buscan evitar el encontrarse, ¿ qué se está evitando al suspender el encuentro como tecnología? Lo que aborda Farocki observa  en estas imágenes es una cuestión de ritmo. Estas tecnologías rehacen la umbralidad que reclamaban los Lumière. Hay que pensar esto como desusos de lo tecnológico, cierta no-utilidad que resultan invisibles, pero que llevan a encontrarse dentro-encontrarse fuera. Podría ser que aquí se juega una posibilidad para reencontrarse, rehacerse siempre que se esté desplazando en el dentro-fuera, no poder tolerar estar siempre dentro, no poder estar siempre fuera. El dilema del trabajo.

La pregunta por la tecnología aborda el problema del trabajo, el deseo y el uso de la tecnología en tanto qué hace del hombre usuario o algo más. Pienso esta palabra en su lugar más peligroso, el usuario que como al parecer Martinez de la Escalera dice hace del que se sienta frente a la computadora una extensión de la misma. No es obrero como en le mundo de las fábricas, ni inventor en el caso de los ojos de los Lumière, sino  usuario. ¿Qué posiciones existen ante la tecnología?

La reflexión sobre la tecnología a partir de su uso parece querer evitar esa discusión. Al principio de estas tres entradas pensábamos a un grupo de técnicos de computación que querían limitar al uso la tecnología. Acto lapidario de reducir la tecnología al uso. La labor opuesta es la de las éticas que buscan idealizar o condenar a la tecnología por sus efectos. Las tecnologías de la destrucción, las tecnologías del progreso. Más teleologías de la tecnología. Pero, cuando pensamos en una relación de subtitulaje, la óptica que nos ocupa es la que problematiza la tecnología, que como ha pedido Benjamin, en tanto la ubica en un contexto al que responder. Y la filosofía a su vez responde a la tecnología. Entonces, tenemos que hacer tres actos: entender el uso, sin que este sea el límite de lo tecnológico; pensar los efectos éticos y ontológicos de la tecnología, pasar sobre estos como prevenciones, como parte de la tecnología misma. Pero, nuestra consideración sobre tecnologías en tanto encrujicada/umbral de lo humano nos hace pensar en estas tres partes como nudo,  la forma de la comunidad a la que responde, a las posibilidades que genera/deja de lado y la forma en que pertenece/enajena la vida humana. No se trata de pensar la tecnología para evitar usos militares o eliminar su posición de herramienta de dominación, sino las mecánicas de estos encuentros que parecen llamar al trabajo y al deseo.

Cuándo hablamos de encuentros, los nudos y las encrucijadas, todos umbrales, queremos pensar en puertas de la fabricas o cruces de los caminos. Estas estrategias sugieren formas de poblar o habitar las tecnologías.


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1 Response

  1. Francisco Barrón dice:

    Sólo me gustaría continuar lo que afirmas de la relación deseos/tecnología.
    Creo que es un punto muy interesante sobre la tecnología el día de hoy. Es algo a pensar las formas en que los individuos contemporáneos se relacionan con las tecnologías contemporáneas: haciéndolas dependientes de sus deseos, berrinches y pasiones. Esto podría dar pie a una estética-política. Es algo que Román y yo platicamos de muchas maneras.
    W. B. por eso centraba sus análisis en la sensibilidad y la experiencia en relación con la tecnología. Hablaba de gestos, de felicidad, de pasones…

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