No se puede pensar filosóficamente el día de hoy sin encontrarse de frente con lo tecnológico. Es interesante que reflexiones que se asumen como ontológicas, éticas, de filosofía política o estéticas, terminan dándose de bruces con lo tecnológico. La filosofía de la tecnología comienza a asegurar su especificidad y singularidad a la par de disciplinas más antiguas como la lógica o la ética.
Pero una característica de lo tecnológico, aceptado ya como un problema filosófico, a diferencia de lo bueno, lo justo, lo verdadero u otro problema filosófico sobre el que se construya una disciplina o forma parte de una disciplina de la filosofía, es que desquicia el ejercicio discurso y conceptual de la filosofía. Los discursos filosóficos que tratan de dar cuenta de lo tecnológico no sólo hacen referencia a lo técnica y la tecnología (suelen aparecer máquinas y dispositivos, herramientas y artefactos, miles cachivaches), no sólo usan e incorporan terminología del ámbito de la tecnología (se habla literalmente de dispositivos, de maquinaciones, de cuerpos tecnologizados), sino que tratan de dar cuenta de una modificación tecnológica del ejercicio de lo filosófico.
Así, los intentos de determinación de lo que se quiere y debe pensar como lo tecnológico se dan en un campo de invenciones discursivas y conceptuales. Una modificación tecnológica del ejercicio de la filosofía trae aparejadas preguntas sobre la práctica discursiva y conceptual de la filosofía, preocupaciones sobre el tipo de discurso que exige hacer, sobre la relación entre el discurso y la acción, los efectos políticos que puede, la organización institucional en la que se ejerce la filosofía. Todo ello, como por inercia, como por un funcionamiento automático, retrotrae a reformular problemas, conceptos, obras de la tradición filosófica y, a la vez, reclama inventar nuevas metodologías y formas de pensar y decir.
El Dossier Filosofía de la tecnología hoy, del que aquí se presenta el primer número –pues tuvo que dividirse en dos debido a la entusiasta participación–, tiene el cometido de reunir artículos centrados en la problema de la tecnología tal como se ha abordado en el pensamiento filosófico con el objetivo de mapear las cuestiones, autores y obras que constituirían actualmente una filosofía de la tecnología. Para lograr esto se propusieron tres líneas de trabajo:
- Acercamientos a filósofos y obras filosóficas que traten como un problema a la tecnología. De allí que en este primer número del dossier aparezcan Martin Heidegger, José Ortega y Gasset, Gilles Deleuze, Manuel de Landa y Genrich Saulovich Altshuller.
- Elaboración de los problemas de la filosofía de la tecnología. Por ello en los textos que conforman este numero aparecen las cuestiones de la aceleración y la distancia, los procesos de invención, el cuerpo y las fantasías, la subjetividad.
- Aportaciones discursivas y conceptuales sobre metodologías filosóficas pensadas en relación con lo tecnológico. Y así los artículos se centran en la teoría para la resolución de problemas inventivos, la realización tecnológica de las fantasías sobre el cuerpo, el par virtual/actual y el espacio de posibilidades.
Esperamos que los dos números de este dossier –el segundo se publicará en los próximos meses– ayuden a formar y valorar el campo problemático de la filosofía de la tecnología y a afianzar y consolidar su disciplina en la filosofía mexicana.
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