Resistencia tecnológica

El siguiente texto es un trabajo en proceso presentado el 7 de julio de 2020 en el coloquio “Cuestiones Actuales sobre Resistencia y Solidaridad”. Se trata de un apunte que el seminario desarrollará posteriormente:

Se entenderá por resistencia tecnológica a la operación de producción y configuración de cuerpos, relaciones, saberes y formas del ordenamiento social. La resistencia tecnológica no es una fuerza de oposición o destrucción, sino potencia afirmativa de colectividades cuyas formas de vida son precarizadas económica, social y discursivamente. La precarización es causada por la abstracción de los cuerpos cuando estos son concebidos y producidos únicamente como funciones que operan aisladas de su medio, sea este el contexto de objetos técnicos particulares o una colectividad. En este sentido, las operaciones de la resistencia tecnológica son inventivas, colectivas, críticas e intempestivas. Al operar, hace emerger relaciones nuevas entre los cuerpos.  La posibilidad de afirmar una resistencia tecnológica no estaría dada, en este sentido, por finalidades o agencias externas (políticas, sociales, artísticas o demás) a la técnica, sino por la potencia misma de la técnica.

La resistencia tecnológica no tiene por objetivo negar ciertas políticas estatales o internacionales sobre el uso, compra o aplicación de máquinas o ambientes tecnológicos, o atacar empresas que se apropian de saberes y artilugios concebidos colectivamente, esto implicaría pensar y practicar la resistencia únicamente en términos reactivos-destructivos, negando el potencial técnico. La afirmación de una resistencia tecnológica quiere entonces, poner a discusión el carácter tecnológico de todo ejercicio de resistencia política. Postular que la resistencia política funciona tecnológicamente. Se trata de mostrar que toda resistencia debe contener los siguientes operaciones:

  • Invención colectiva singular
  • Organiza formas psicosociales no hegemónicas
  • Un ejercicio político que maquina articulaciones entre humanos, aparatos,  animales, cosas y territorios
  • Un ejercicio político que no distingue la supervivencia de la vida buena, de allí que se trate de una resistencia de principio corporal
  • Una invención colectiva que es crítica por su ser propiamente de carácter productivo
  • Un ejercicio político que no está sujeto a individuos ni fines particulares, sino a la operación de la potencia técnica

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Francisco Barrón

Doctorante en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ha participado en varios proyectos de investigación como: “Memoria y Escritura”, “Políticas de la memoria”, “La cuestión del sujeto en el relato”, “Diccionario para el debate: Alteridades y exclusiones”, “Estrategias contemporáneas de lectura de la Antigüedad grecorromana” y “Herramientas digitales para la investigación en humanidades”. Se ha dedicado al estudio del pensamiento griego antiguo, francés contemporáneo y de los filósofos alemanes Friedrich Nietzsche y Walter Benjamin. Sus intereses son las relaciones entre la estética y la política, y los problemas especulativos sobre la relación entre la técnica, el arte, el lenguaje y el cuerpo. Pertenece a la Red de humanistas digitales.

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