¿Comunidades digitales? ¿Y luego filosóficas…?

Desde el siglo XIX hay una cantidad grande de discursos que afirman que la filosofía, su práctica, debe ser más que discurso y más que academia…

jean_tinguely__querido_lukas___zali_narischa__1979-33172650Uno de los lugares comunes de los discursos que tratan la tecnología el día de hoy afirma cierta modificación en las formas de relación entre los individuos. El crowdsourcing, la colaboración, las redes sociales, lo no-presencial, etcétera, se nos enfrentan como formas de comunidad digital. Lo que no se puede dudar es que hay muchos problemas aún para concebir y experimentar una comunidad usando tecnologías digitales. Lo interesante es que estas supuestas comunidades que usan tecnología digital se nos ofertan como nuevas maneras de trabajo y de producción…

Sólo algunas cuestiones. Participo en el proyecto Estrategias filosóficas de lectura. Comunidad de investigación digital. La idea es esa: crear una comunidad digital de investigación filosófica. En el proyecto se usa una herramienta digital heredada del anterior proyecto Estrategias contemporáneas de lectura de la Antigüedad grecorromanaAlgunos de quienes participamos en el proyecto -Marco y Marat- comenzamos a preguntarnos sobre las características de un trabajo de una comunidad digital filosófica y de una herramienta adecuada para ello. Sólo se trata de preguntas: ¿cómo llevar a cabo una comunidad filosófica digital? ¿Hay comunidades filosóficas? ¿Qué tipo de trabajo es el filosófico digital? ¿Hay herramientas digitales para el trabajo filosófico? ¿Es trabajo lo que practican los filósofos?

pm-50781-largeY lo interesante es confrontar la herramienta del proyecto Estrategias filosóficas de lectura. Comunidad de investigación digital con redes sociales como Facebook o Twitter. Porque de pronto allí la cuestión sería: ¿es posible usar filosóficamente cualquier herramienta digital o se tendría que planear y desarrollar una plataforma digital específica para el trabajo filosófico? Plataformas se han diseñado exclusivamente para humanistas como Textual communities o Yutzu. Pero, ¿qué las haría filosóficas? ¿Sólo el contenido, el tema  que se discute? O se podría confrontar igualmente con plataformas de knowledge market como Quora o Stackoverflow. O algo más abierto como Yahoo! Answers. Aquí la cuestión se vuelve a plantear en términos si es el contenido, el discurso lo que vuelve filosófica una herramienta digital. ¿O acaso hay que pensar más politicamente como suponen los que realizan proyectos de inteligencia colectiva como #PorTodxsLxsDesaparecidxs? ¿Qué sería lo filosófico allí?

¿Hay máquinas digitales para la práctica filosófica?

 

 


Comparte este artículo
  • Facebook
  • Twitter
  • Delicious
  • LinkedIn
  • StumbleUpon
  • Add to favorites
  • Email
  • RSS

Francisco Barrón

Doctorante en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ha participado en varios proyectos de investigación como: “Memoria y Escritura”, “Políticas de la memoria”, “La cuestión del sujeto en el relato”, “Diccionario para el debate: Alteridades y exclusiones”, “Estrategias contemporáneas de lectura de la Antigüedad grecorromana” y “Herramientas digitales para la investigación en humanidades”. Se ha dedicado al estudio del pensamiento griego antiguo, francés contemporáneo y de los filósofos alemanes Friedrich Nietzsche y Walter Benjamin. Sus intereses son las relaciones entre la estética y la política, y los problemas especulativos sobre la relación entre la técnica, el arte, el lenguaje y el cuerpo. Pertenece a la Red de humanistas digitales.

You may also like...

7 Responses

  1. Sandroide dice:

    Anoto lo siguiente respecto a esta entrada:

    -No ser sólo discurso y no ser sólo academia, lo cual no quiere decir que tengamos que desechar esas formas. Eso me parece puede volverse un lugar común, bastante frágil, por cierto.

    -Sobre las preguntas ¿Hay comunidades filosóficas? ¿Es trabajo lo que hacen dichas comunidades? Creo que en principio sí (a ambas cuestiones). Pero me parece que detrás está esa pregunta que la mayoría de los que nos encontramos dentro del estudio -académico o no- de la filosofía, nos hemos hecho: ¿Qué es la filosofía? ¿Quién es el filósofo? ¿Qué hace?

    -Finalmente, respecto a qué le confiere un valor propiamente filosófico, por decirlo de algún modo; considero que se trata más bien de un juego, una dinámica entre eso que se ha denominado forma y contenido, no me parece que puedan desvincularse, sin embargo, habría que ensayar muchas más consideraciones al respecto.

  2. Francisco Barrón dice:

    ¿Hay trabajo filosófico? ¿Cuál sería? O.o

    • Rafael Ángel Gómez Choreño dice:

      Las comunidades filosóficas no son muy diferentes a otras comunidades sapienciales. Establecen objetivos, buscan y determinan protocolos de trabajo, y se establecen metas concretas, una metodología de trabajo y herramientas para llevarlo a cabo. Luego, las prácticas efectivas configuran el uso y abuso de los recursos disponibles, algunos de los cuales terminan constituyéndose en herramientas tecnológicas para generar, desarrollar o aplicar los saberes construidos por la comunidad. El punto más interesante de la cuestión, por lo mismo, es la reflexión sobre las cualidades específicas de los saberes y comunidades filosóficas, pues sólo de este modo es posible averiguar la pertinencia o impertinencia del uso de herramientas digitales para hacer filosofía. Por otro lado, me parece irrelevante, por el momento, establecer si las comunidades filosóficas digitales tienen que ser académicas o no; una discusión de esa naturaleza puede quedar de lado si, como lo estamos intentando, hacemos efectivo el uso de herramientas digitales en el desarrollo cotidiano del trabajo académico universitario y lo sometemos a evaluación como sucede con el uso de otro tipo de herramientas.

  3. Antonio Rocha dice:

    A mi, por el contrario, no me parece del todo irrelevante. Pues si de entrada asumimos trabajar con los criterios y la lógica de la producción académica, entonces bien podríamos contentarnos con encontrar o generar herramientas que automaticen la producción de papers. Y tal vez no sea esa, necesariamente, la única posibilidad de una comunidad filosófica, ni tampoco la de una plataforma de colaboración digital.

    • Rafael Ángel Gómez Choreño dice:

      Estoy de acuerdo contigo Antonio, pero yo no veo porque cancelar o dar por cerradas las posibilidades de la vida académica. Primero, porque la aplicación de innovaciones tecnológicas en el desarrollo de la vida académica puede garantizar la activación de auténticos procesos de democratización en la educación, particularmente en lo que se refiere a la enseñanza de la filosofía, no sólo en el sentido del acceso a la información, sino a las modalidades y la solución de problemas materiales como la distancia. Pero luego, porque la vida académica seguro se puede alimentar de las transformaciones culturales, como en toda época, y hoy eso significa que nuestra formación cultural y su constante transformación está fuertemente determinada por la integración virtual de las comunidades.

    • Marco Godínez dice:

      Considerar irrelevante discutir si las comunidades digitales filosóficas tienen que ser académicas o no, es presuponer que la filosofía puede desarrollarse independientemente de instituciones. ¿Es eso posible? Es claro que la determinación de prácticas obedece no sólo a condiciones tecnológicas, sino también a mecanismos institucionales, porque de lo contrario un blog o un libro electrónico siempre sería un producto con valor académico; esto ya determina también la conformación de comunidades digitales filosóficas. Creo que es importante discutir esta “lucha” y la relación política entre institución, academia y tecnología, porque justo ahí se juega la posibilidad de adoptar o rechazar nuevas prácticas. Por tanto, no podemos pensar el desarrollo de lo tecnológico en la filosofía sin discutir los valores que impone una institución.

    • De nuevo, allí el punto se encuentra en la articulación entre ejercicio de lo filosófico, instituciones donde se intenta realizar y con las que entra en relación, y tecnologías con las que debe enfrentarse. Ello se podría recumir con la pregunta: ¿las tecnologías modifican el ejercicio de lo filosófico? Y allí, pensar la tecnología como herramienta o como poder mágico nos impediría pensar mucho…

Responder a Sandroide Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>